Se trata de un tugurio de mala muerte ubicado en los barrios bajos de la ciudad. El cartel situado a la entrada está oxidado y chirría con el viento, y muestra una corona amarillenta en su superficie. El interior es sombrío, oscuro y huele a sudor y cerveza barata. La mugre de las losas del suelo, antaño blancas y ahora de un color marrón sucio, va a juego con las paredes de madera negruzca y pútrida. Es el lugar en el que se reune la más baja ralea del Reino, ideal para encontrar información, aventureros y mercenarios que quieran arriesgar sus vidas y caballeros dados a la mala vida. En el antro se suele apostar a los juegos de azar y presenciar también peleas de animales, y las reyertas tabernarias entre borrachos y maleantes están a la orden del día.